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Brigadas Populares de Minas Gerais

La tarde más triste: el compañero Bahia asesinado

 

 

Reproducimos el comunicado de las Brigadas Populares de Minas Gerais (una de las organizaciones más implicadas en la búsqueda de soluciones democráticas al problema del suelo en Brasil) donde se condena el asesinato de Manoel Ramos (“Bahia”), coordinador de una ocupación de personas “sin tierra” a la que —con su inestimable ayuda— dedicamos un artículo en mientrastanto.e nº 130 de diciembre de 2014. Bahia estaba siendo objeto de amenazas y persecuciones policiales, pero la desdicha quiso que su muerte violenta se produjese a manos de una familia que pretendía apoderarse ilegítimamente de una parcela del asentamiento con fines lucrativos. Su caso explica bien la tragedia de una sociedad de desiguales donde el precio por intentar cambiar el horizonte de expectativas de los pobres es, habitualmente, la propia vida.  — La Redacción.

 

La de ayer, 31 de marzo de 2015, fue la tarde más triste de las ocupaciones de la región de “Isidora” y del municipio de Santa Luzia, en Belo Horizonte (Minas Gerais). Falleció Manoel Ramos, “Bahia”, coordinador de la ocupación Vitoria y valiente militante de la lucha de las familias sin techo de la capital de Minas Gerais y de la Región Metropolitana de Belo Horizonte. Alrededor de las 3 de la tarde fue asesinado a golpes de hacha y machete por oportunistas infiltrados en la comunidad ‘Vitoria’, individuos que pretendían lucrarse gracias a la lucha valiente de miles de familias por una vivienda propia, digna y adecuada. Bahia cayó en el lugar donde soñó vivir, un sueño que no era sólo de él, sino de miles de familias que desean libertarse de la humillación de sobrevivir de prestado, el mismo sueño de otras tantas personas dentro y fuera de las ocupaciones que asumen el compromiso de construir una ciudad donde quepan todos y todas.

Bahia murió impidiendo que las áreas ocupadas fuesen tomadas por ventajistas y oportunistas que pretenden vivir a expensas del trabajo y de la batalla del pueblo pobre brasileño. Murió por ser justo y por hacer del principio de igualdad su mayor estandarte. Fue víctima de la codicia intolerable de unos pocos, de la intransigencia de los poderes públicos a la hora de alcanzar una solución justa, pacífica, negociada y rápida para el mayor conflicto social urbano del Brasil, hoy situado en la Región de ‘Isidora’. La ausencia de una política efectiva de Reforma Urbana fue lo que convirtió a Bahia en víctima, lo que nos privó a todos de la presencia de este gigante en coraje y generosidad.

Desde hace meses Bahia era víctima de amenazas por hacer bandera de la decisión colectiva que impide la venta de lotes de tierra en áreas ocupadas. También sobrevivió a un atentado contra su vida llevado a cabo por Policías Militares, en el que casi perdió la vida. Todo ello por oponerse a las violaciones de derechos contra los pobladores de la Ocupación ‘Vitoria’ llevadas a cabo por la Policía Militar. Bahia nunca se dejó intimidar. Siguió luchando, denunciando y construyendo el futuro de miles de personas. Un futuro que le pertenecía y que le fue negado.

Un pedazo de nosotros murió con Bahia. Sin embargo, este dolor refuerza lo que sentimos con más viveza en nuestro interior. No será inútil el sacrificio de este amigo y compañero. Bahia murió por defender la lucha justa por la dignidad, por una ciudad abierta en la cual todos/as y cada uno/a puedan convivir en plenitud. Un gesto de tanto coraje hace que no podamos desistir. Debemos llevar hasta las últimas consecuencias el ejemplo de este extraordinario ser humano. Debemos luchar, resistir y vencer, colectivamente.

Frente al intento de imponer un orden injusto a través del miedo, prevalecerá la igualdad y la victoria gracias al coraje de los habitantes, ayudantes y organizaciones implicadas. Seguiremos enfrentándonos a toda tentativa de utilización indebida de la lucha de tantos y tantas.

Incumbe a los gobiernos evitar que esta situación se repita y que estén garantizados los derechos de todas las familias sin techo de las ocupaciones urbanas de Minas Gerais.

No seguiremos tolerando pagar con sangre la intransigencia de los gobernantes, la insensibilidad del Poder Judicial y los intereses de los empresarios.

La tarde más triste nos asola. Anoche y hoy lloramos sobre el cuerpo de uno de nosotros. Mañana nos daremos cuenta que estamos vivos, y que el tributo cobrado por el caído es la marcha firme de los que aún viven. Nos mantendremos siempre de pie.

Compañero Bahia ¡PRESENTE!

Belo Horizonte, Minas Gerais, Brasil. 31 de marzo de 2015

Firman esta nota:

Brigadas Populares;

Comissão Pastoral da terra (CPT);

Coordenación de las Ocupacões Vitoria, Esperança y Rosa Leão; e

Rede de Apoyo.

 

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2015

Mas no por ello ignoramos
que también el odio contra la vileza
desencaja al rostro,
que también la cólera contra la injusticia
enronquece la voz. Sí, nosotros,
que queríamos preparar el terreno a la amistad
no pudimos ser amistosos.

Bertolt Brecht
An die Nachgeborenen («A los por nacer»), 1939

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