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Keiko N., Masuji K., Miguel Muñiz

El caso del cómic culinario Oishinbo, un síntoma del estado de la democracia en Japón

“Oishinbo” (aproximadamente traducido como «El Gourmet») es una serie de cómics sobre cocina japonesa. Escritos por Tetsu Kariya, y dibujados por Akira Hanasaki, la serie narra las aventuras del periodista gastronómico Shiro Yamaoka y su compañera (y posteriormente esposa), Yuko Kurita. Originalmente publicada entre 1983 y 2008, el éxito propició su continuidad en febrero de 2009, en la revista Big Comic Spirits. La serie ha recibido múltiples premios, y ha inspirado una adaptación para TV de 136 episodios en dibujos animados. La tirada de cada volumen es de unos 1,2 millones de copias, el total de edición de toda la serie se calcula en más de 130 millones de ejemplares.

El 28 de abril pasado, el número 22/23 de revista publicó un capítulo titulado «La verdad de Fukushima»; en ese capítulo, los personajes se veían expuestos a la radiación nuclear de una de las plantas de Fukushima. Después de la exposición, empezaban a notar que les sangraba la nariz y que sufrían agotamiento; uno de los personajes, basado en un popular antiguo alcalde del pueblo de Futaba, en la prefectura de Fukushima, les confirma que es algo que sucede a menudo, el personaje dice: «A mí también me sangra por la nariz. No participé en la última elección para alcalde porque no aguantaba más la fatiga intensa. En Fukushima hay muchos que tienen los mismos síntomas, pero no hablan… «, en la historia también aparecían referencias a la censura informativa sobre los acontecimientos relacionados con la catástrofe.
La polémica no tardó en estallar; se inició cuando algunos habitantes de la zona escribieron en internet que lo que se ponía en el cómic no era verdad. Los editores declararon al diario The Japan Times que el capítulo se basaba en un reportaje realizado por un equipo dirigido por el propio guionista, Tetsu Kariya, en una visita a Fukushima, y en las entrevistas mantenidas con personas de la zona, incluido el alcalde de Futaba, que el propio Kariya había sufrido los síntomas que describía el episodio, y que en el mismo episodio se habían incorporado otros personajes, que matizaban las opiniones de lo que les pasaba a los protagonistas.

 Pero las declaraciones no evitaron que la polémica fuese creciendo; personas de Fukushima se implicaron denunciando que ellas también se sentían cansadas y les sangraba la nariz, y los periódicos comenzaron a llamar a los hoteles de la prefectura para descubrir si habían tenido cancelaciones de reservas a causa del cómic (?).

El 4 de mayo, el autor, Tetsu Kariya, cuelga un comentario en su blog:

Yo no pensaba que mi manga,» Oishinbo. La Verdad de Fukushima episodio 22”, causaría un revuelo tan grande. Debería refutar a quienes critican mi manga pero “La Verdad de Fukushima” continuará en los episodios 23 y 24. Ahí contaré cosas de manera aún más franca y libre, en el 23 y especialmente en el 24. Así que quienes critican la hemorragia nasal podrán perder cabeza. Es posible que las personas que me han apoyado se alejen de mí.

No entiendo por qué la gente critica la verdad que he recogido con datos en Fukushima durante estos dos años. Explico las cosas tal como son. ¿La gente quiere que yo me cierre los ojos ante la verdad y explique algo, una mentira es buena para alguien?

Si escribiera «Fukushima es seguro», «Fukushima está bien» o «Fukushima revive hacia adelante» todo el mundo podría estar contento. Pero este episodio de «Oishinbo» se subtitula «La verdad de Fukushima». ¿Como qué no cuento la verdad? Odio el autoengaño. La sociedad japonesa de hoy está rodeada por la atmósfera de odiar la verdad incómoda y de desear mentiras, sólo para sentirse bien.

Después de estas declaraciones, Tetsu Kariya, que reside habitualmente en Australia, fue acusado de traidor en publicaciones japonesas de extrema derecha.

El 7 de mayo, el ayuntamiento de Futaba critica a la editorial, diciendo que el cómic provoca daños al difundir rumores sin fundamento; el 8 de mayo, el vice-ministro de Medio Ambiente manifiesta que «este tipo de expresión (el cómic) es lamentable, mientras que mucha gente vive en Fukushima»; el 8 de mayo, el propio Ministerio de Medio Ambiente emite una declaración diciendo que verter sangre por la nariz no tiene ninguna relación con el accidente, y citando un informe de la UNSCEAR (Comité Científico de las Naciones Unidas sobre los Efectos de la Radiación Atómica) asegura que la radiación después por el accidente de Fukushima no ha causado ningún efecto determinante, así que no se puede considerar que la hemorragia nasal sea debida a la exposición a la radiación por el accidente de Fukushima Daiichi.

El 12 de mayo, se publicó el episodio 23, en el que se entraba en el tema de los efectos que puede provocar la incineración de escombros contaminados por todo Japón, cosa que se viene haciendo como muestra de solidaridad con las víctimas. En la ciudad de Osaka (unos 800 km al sur de Fukushima) donde se quemaron parte de los escombros, unas 800 personas, de una muestra de 1000, se quejaron de molestias en los ojos, en la garganta, expulsión de pieles y de sangre por la nariz, etc.

Más tarde se descubrió que el 9 de mayo, tres días antes de la publicación de este episodio, la prefectura y la ciudad de Osaka habían envíado cartas a la editorial pidiendo que se borrara o modificara el contenido del cómic. La intensidad de la polémica se incrementó.

El mismo día 12 comenzó una escalada de declaraciones: el ministro de Ciencia y Tecnología, declaró que el cómic no tiene ningún fundamento científico, y que daña los sentimientos de las personas que viven en Fukushima; el jefe de gabinete insiste: «No hay ninguna relación entre la sangre de la nariz y la exposición a radiación. Debemos transmitir a la gente información científicamente correcta.»; y el gobernador de Fukushima insistió: «Es bastante lamentable que este cómic propague daños por rumores sin fundamento, justo cuando nosotros intentamos reactivar nuestra prefectura…».

El 14 de mayo, Sinjiro Koizumi, miembro de Cámara de Representante de PLD e hijo del ex-Primer Ministro Junichiro Koizumi, que se volvió contrario a la energía nuclear a raíz de Fukushima, comenta: «A mí, me extraña este cómic, porque yo he visitado muchas veces Fukushima, pero nunca he sangrado por la nariz; además, vuelvo muy animado, sin ningún sentimiento de fatiga… «.

Vista la situación, la editorial emitió un comunicado el 16 de mayo suspendiendo temporalmente la publicación, aunque manifestando que ello se debía a un acuerdo previo al que había llegado con los autores con anterioridad a la publicación de los últimos episodios.

Finalmente, el 17 de mayo, llegó una primera insinuación de amenaza: el Primer Ministro Abe visitó Fukushima y declaró, «hay que tratar la información que pueda causar daños por rumores sin fundamento con toda la fuerza como estado».

La editorial reaccionó, en el siguiente número incluyó 10 páginas de texto, algo inédito en una revista de cómic, con las opiniones de 16 personas (8 contrarias a la energía nuclear y 8 favorables) sobre el tema; además las 10 páginas se colgaron en internet [1]. Desde ese momento, el autor del cómic dejó de hacer declaraciones. A los pocos días la polémica desapareció de los medios de comunicación o, tal vez, la posibilidad de que el tema se alargara demasiado se valoró como contraproducente. Está pendiente el reinicio de la serie en los próximos meses.

En el episodio 24, el protagonista decía que la gente que vive en Fukushima debería ser valiente y no seguir viviendo allí, sino que debería huir. Esto explica, en parte, la reacción de las instituciones.

El gobierno lleva tiempo recomendando que las personas vuelvan a Fukushima, ya que el umbral de contaminación, que es de 20 mSv/año (20 veces más alto que el que se acepta a nivel internacional), permite que la gente pueda vivir en gran parte de la jefatura sin correr  riesgos. Y ha aplicado diversas medidas de presión para forzar el retorno.

El 14 de julio, el diario Kobe Shimbun publicó las declaraciones de un médico que, en una conferencia académica, explicaba que aproximadamente la mitad de los refugiados de Fukushima han experimentado derrame de sangre por la nariz [2]. Pese a que oficialmente el tema se da por cerrado, la cuestión sigue preocupando.

El volumen de la polémica, y el nivel político de las personas implicadas, hacen del episodio “Oishinbo” todo un síntoma de la fragilidad de la libertad de expresión ante el poder de los grupos de presión de la industria nuclear, y del desconcierto social y el frágil equilibrio en que se mueve la sociedad japonesa.

Notas:

[1] http://spi-net.jp/spi20140519/spi20140519.pdf

[2] http://www.kobe-np.co.jp/news/iryou/201407/0007142183.shtml

[Keiko N. y Masuji K. son ciudadanos de origen japonés residentes en España; Miguel Muñiz es miembro de Tanquem les Nuclears – 100% EER, y mantiene la página de divulgación energética http://www.sirenovablesnuclearno.org ]

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8 /

2014

Mas no por ello ignoramos
que también el odio contra la vileza
desencaja al rostro,
que también la cólera contra la injusticia
enronquece la voz. Sí, nosotros,
que queríamos preparar el terreno a la amistad
no pudimos ser amistosos.

Bertolt Brecht
An die Nachgeborenen («A los por nacer»), 1939

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